Dr. Ignacio Sánchez de la Yncera
Profesor Titular del Departamento de Sociología y Trabajo Social
El eje de la propuesta es la pregunta sobre si en realidad somos autores de nuestra vida o, mejor, de nuestra identidad personal. ¿Lo somos? ¿O más bien somos producto de nuestras raíces, de nuestros contextos, de las influencias que recibimos? ¿Somos, entonces, autores de nuestras vidas? Y si lo fuéramos, ¿cómo construimos nuestra identidad personal? ¿Es acaso ésta, más bien, cosa de las costumbres que heredamos, esas que son en tantos aspectos pesadas y condicionantes? O si es más bien cosa nuestra, ¿resultará ser, entonces, el fruto de las conquistas de nuestra libertad al zafarse, al liberarse de ellas?
Pero la conferencia también quiere que nos interroguemos sobre otras cosas, al margen de las que puedan surgir de quienes asistan (se trataría siempre de una sesión vocacionalmente abierta, e incluso ávida de participación). Por ejemplo, podríamos preguntar de qué estamos hechos nosotros, como personas, en nuestra configuración más íntima, una vez que nuestra herencia biológica se ha hecho adulta y nuestra atención puede empezar a plantearse horizontes o incluso dirigirse de verdad hacia logros que ya no estarán, en principio, tan marcados por el proceso de nuestra madurez biológica, ya hace tiempo conquistada.
Partiremos, claro está, de que lo que cada uno viene siendo y va llegando a ser es en gran medida producto de lo que le pasa, de lo que se nos viene encima; pero también nos apoyaremos en la convicción de que lo que nos configura en nuestro aspecto más distintivo, y en una medida grande, es lo que cada persona hace y de su manera de encararlo. Se trata, pues, de plantearnos, una vez más, si somos hijos e hijas de nuestros contextos y hasta qué punto; si en último término cabe que las personas tomemos postura ante nuestra vida; o si, en cambio, no somos en mayor medida hijas e hijos de nuestra lucha por liberarnos de toda esa telaraña polvorienta de la convivencia heredada.
Los movimientos recientes –marcadamente juveniles− que han llenado a diario nuestras plazas de protestas y de debates, después de muchos años de tenerlas dormidas o festivaleras, han podido provocar escalofríos en algunas vidas convertidas en estatuas de sal, de esas en las que nos mineralizamos cuando sólo miramos atrás. Echando un ojo a esas situaciones, exploraremos la importancia que en la construcción (continua) de nuestra identidad tiene nuestra propia manera de encarar los desafíos que las situaciones nos plantean, con su poderoso impacto sobre las hechuras de ese yo y de esos nosotros concretos en los que nos enmadejamos de situación en situación. Algo habría que aprender asimismo de la cuestión de si cuando una organización de lo social no hace sitio a lo distinto y a sus cambios no será en realidad ella, ella y quienes la dirigen y organizan, lo que se muestra de verdad discapacitado. ¿Un poder impotente?
Se trataría, pues, de una lección pura de ciencias sociales, que son las que por deber tienen que esponjar nuestra imaginación para que veamos mejor que lo que está de verdad en juego es nuestra vida y su dignidad preciosa (mucho antes que todo motivo material o meta de cualquier orden). El tiempo escaso, “que se va y falta”, y esa riqueza única del vivir que cada persona protagoniza aunque tenga la libérrima opción de compartirla: eso es lo precioso. Y asunto de sociología.
Esta charla se ofrece solo en castellano.